Entendemos la lucha eficaz contra los gérmenes patógenos como un método integrado en el programa de limpieza que necesariamente a de existir en los locales y edificios que son utilizados por un número alto de personas y/o animales. Es decir, es imprescindible que la empresa o el personal dedicado a las labores de limpieza esté también especializado en la desinfección, con el objeto de reducir la tasa microbiana a unos niveles seguros. No obstante, cuando la tasa microbiana ambiental alcanza niveles críticos es aconsejable realizar desinfecciones ambientales de choque al objeto de disminuir dicha tasa, y como medida de prevención de riesgos sanitarios.
¿Que se entiende por desinfección?
Es necesario distinguir entre la limpieza y la desinfección que, aunque están muy relacionados, no significan lo mismo. La limpieza consiste en eliminar la suciedad que está adherida a las superficies, mientras que con la desinfección se trata de destruir los microorganismos.
La desinfección es una técnica de saneamiento que tiene como finalidad la destrucción de los microorganismos patógenos que pueden afectar la salud humana (bacterias, virus y hongos), en los ambientes en que puedan resultar nocivos, mediante la utilización de agentes fundamentalmente químicos.
Los problemas causados por los microorganismos (toxiinfecciones alimentarias, procesos infecciosos,…), hacen necesarias actuaciones más o menos drásticas para la preservación de la Salud Pública.
Se trata de mantener los niveles de contaminación microbiana dentro de los límites considerados aceptables, desde el punto de vista teórico-sanitario, en función del riesgo que representa en cada caso sobre la actividad que se realiza en el lugar concreto. La desinfección es una medida recomendada en colegios, hospitales, industrias alimentarias, granjas, etc…
La gran capacidad de adaptación y por tanto de supervivencia que presentan los microorganismos, superior en muchos casos a la de otras formas de vida, hace particularmente compleja la intervención contra los mismos.